700.000 euros por un manuscrito de Lope de Vega

El “Códice Daza” es el único encontrado de tres borradores manuscritos de Lope de Vega. Las 532 páginas de este manuscrito estarán digitalizadas en un mes y así es como empezara la restauración de esta joya bibliográfica que es la más importante adquisición de la Biblioteca Nacional en cuatro décadas.

El Códice es en realidad una carpeta que contiene numerosos cuadernillos con en los que el literato escribió entre 1631 y 1634 poesía, sobre todo églogas, algunas; inéditas y también fragmentos de obras conocidas y publicadas aunque con variantes.

Milagros del Corral, directora de la Biblioteca Nacional dijo: “A pesar de su inestimable valor literario, el manuscrito sí ha tenido un precio físico: 700.000 euros”, pagados con el respaldo del Ministerio de Cultura a un particular cuyo nombre no se ha revelado.

Los propietarios del “Códice Daza” quisieron sacarlo de España, en el 2004, para poder subastarlo en Londres pero el Estado ejerció su derecho de tanteo y, tras examinar el cartapacio, negó el permiso para sacarlo del país.

La persona que tuvo acceso al borrador de Lope de Vega, para poder emitir ese informe fue la directora de Patrimonio Bibliográfico de la Biblioteca Nacional, Teresa Mezquita, quien se quedó "atónita" cuando lo vio por primera vez, pues era inconfundiblemente la letra de Lope y contenía unas obras de una importancia increíble.

El Fénix de los Ingenios, llamado así por Cervantes, escribió el Códice cuando era un septuagenario que acumulaba desgracias y estaba invadido de soledad n ese periodo murieron la última de sus grandes amantes, Marta de Nevares, y su hijo Lope Félix, mientras que la más querida de sus hijas, Antonia Clara, fue secuestrada por un hidalgo de apellido Tenorio.

Todas estas adversidades quedaron materializadas en este manuscrito cuyos trazos pierden pulcritud según avanzan las cuartillas, pero sobre todo en sus poemas, que rezuman un tono melancólico. La forma desordenada en que se suceden poesías y obras en este borrador o sus múltiples enmiendas y tachones confirman la forma desordenada en la que trabajaba el fecundo Lope de Vega, que pudo escribir hasta 1.800 obras de las que nos llegaron sólo 400.