sábado, 13 de febrero de 2010

Cine peruano condenado a rodar con capital extranjero

A pesar del reconocimiento internacional como las nominaciones a los premios Goya y Oscar, la cinta “La teta asustada”, es un claro ejemplo de la condena que sufren las producciones cinematográficas peruanas al tener que buscar fuera del país el financiamiento económico y el público.

Hacer películas en Perú es todo menos un negocio, algo que el crítico e historiador del cine Ricardo Bedoya reconoce al afirmar que en su país nadie puede vivir del cine.
“Perú es un mercado tan raquítico, con tan pocos espectadores, que ninguna película que cuesta más de 120.000 dólares va a recuperar su inversión con la exhibición local”, explicó Bedoya en una entrevista a Efe.

El ejemplo de la película de la directora Claudia Llosa es paradigmático: con un presupuesto de 1,2 millones de dólares, el 80% del cual proviene de la productora española Wanda Visión, en Perú no logró una recaudación superior a los 700.000 dólares. A pesar de que su triunfo en Berlín le dio fama suficiente para contar con 250.000 espectadores, entre los mayores éxitos de público en Perú de los últimos años.

La pregunta es ¿Cómo se logra hacer cine en un país donde recuperar la inversión es solo una ilusión?, pues la única forma es buscar financiamiento fuera del país, en productoras extranjeras o en ayudas como las que proporciona el organismo europeo Ibermedia. Por lo general el primer paso para una película peruana comienza logrando una ayuda del Conacine, organismo creado para financiar proyectos locales y que funciona desde 1994.

Sin embargo, el Estado peruano nunca ha cumplido con entregar los dos millones de dólares que cada año, según la ley, debería destinarse a producir cine en Perú. Tanto así, que según un reciente artículo aparecido en la revista local Somos, se estima que el Estado debe a Conacine 50 millones de soles (16,6 millones de dólares).

0 comentarios:

Publicar un comentario