Su muerte también fue absurda. El automóvil que se dirigía hacia París y en donde Camus de 46 años solo iba de acompañante se chocó contra el único árbol del camino luego de reventarse uno de los neumáticos de la parte de atrás.
El presidente francés Nicolas Sarkozy, seguidor del filósofo y escritor, propuso hace poco trasladar la sepultura de Camus al famoso Panteón parisino con motivo de la conmemoración de los 50 años de su fallecimiento.
Pero la propuesta del mandatario fue criticada porque Camus en vida rechazo cualquier homenaje. “No le gustaban los homenajes, el Premio Nobel de Literatura de 1957 lo aceptó por motivos financieros” comentó su hija Catherine.
Albert fue encasillado como un filósofo de lo absurdo y la rebeldía por su pregunta del sentido de la vida y su sublevación contra lo absurdo del mundo lo moldeó como el inconformista pero que aún tiene muchos seguidores.
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